Después del susto con el tatuaje Xabi siente que ha vuelto a nacer. Pero Tony, que ya ha estado a punto ver cómo se el escapaban sus millones, quiere amarrarlos como sea e insufla a Xabi la idea de que ha llegado la hora de hincar la rodilla y proponerle matrimonio a su chica. Pero Candy, al ver a Xabi a punto de morir sintió cosas que no estaban en el plan de Tony y tratará de hacerle ver a su chico que ha llegado la hora de elegir entre ella o el dichoso plan. Los amigos se creen libres de Ximo tras el incendio de la funeraria pero nada más lejos de la realidad. El capo les necesita para ocuparse del entierro de su amigo Hans, que se ha caído de un piso. El problema es no tienen funeraria y, sobre todo, que ¡Hans aún no ha muerto! Pero Don Ximo está seguro en que los vascos puedan solucionar ambas pequeñeces.