Marcos es acusado de la muerte de su padre, asesinado a golpes con la máquina de escribir con la que éste le obligaba a hacer los deberes. Él es un chico sin problemas aparentes, casi un líder, y nadie se explica lo sucedido. Sólo Álvaro, su profesor de Literatura, le ayudará a aceptarse a sí mismo y a iniciar el camino de superación. Días antes del terrible suceso, Marcos disfruta con sus amigos, Sandra y Raúl, de los mejores momentos de su vida.