Con su investigación completa, el equipo de Timmons presenta su expediente al Servicio de Fiscalía de la Corona, que acusa a Lugovoy y Kovtun del asesinato de Litvinenko. Sin embargo, con los asesinos a salvo en Rusia y protegidos por Putin, las posibilidades de encontrar justicia parecen ser escasas. Con el aliento y el respaldo financiero del disidente ruso, Boris Berezovsky, Marina contrata a Ben Emmerson, un carismático abogado de derechos humanos, para impulsar una nueva investigación sobre el asesinato de su esposo.