En la España del pelotazo, la falta de control de la Liga sobre las cuentas de los equipos permite a los clubes hacer piruetas financieras con pagos en B, primas a terceros, amaños de partidos: la cultura del fraude y la trampa se normaliza en el fútbol. Este amparo desaparece a medida que se condenan los primeros casos de corrupción en España, algunos de los cuales salpican a nuestros presidentes. José María del Nido termina en la cárcel, a la que ingresa con una gorra del Sevilla. Nuñez, Gil y Ruiz Mateos también acaban entre rejas. Otros presidentes la evitan por poco.