Roque inaugura su exposición de cuadros y, para su sorpresa, descubre a Alma entre los asistentes. Por si fuera poco, su padre aparece también por allí, y descubre que Alma pudo haber posado ligera de ropa para su hijo. Adolfo, por su parte, va a verse en problemas: el artículo que escribió criticando los métodos educativos del Zurbarán va a tener serias consecuencias para él.