Earl se dispone a enmendar el número 47 de su lista, que consistió en haber robado una caravana a un excombatiente de la guerra de Corea y haberla hecho explotar por accidente. Cuando localiza al anciano y ve que vive en una casucha esperando a morir, decide devolverle los objetos que destruyó la explosión, haciéndole recobrar poco a poco las ganas de vivir. Esto, a la larga terminará resultando peligroso. A su vez, Joy deberá deshacerse del cadáver de un cerdo gigante que ella misma ha cazado.