Después de ganar una carrera de práctica, a Speed Racer le ofrecen un puesto en un equipo que competirá en el Gran Premio. La empresa que emplea a su padre, Pops Racer, un ingeniero de primer nivel, es dueña del equipo. Sin embargo, Speed declina la oferta porque Pops no quiere que se convierta en profesional. Mientras tanto, Pops renuncia cuando sus planes para mejorar el Mach 5 son rechazados.