Los chicos parecen haber perdido la esperanza de ganar su próximo torneo, pero Kyoko les ofrece un incentivo que no pueden ignorar. Revitalizados, los chicos practican más duro que nunca. Pero cuando Maeno juega mal contra Kyoko, que es solo un principiante de ping pong, Kyoko lo acusa de arrastrar al resto del equipo. Humillado, Maeno decide solicitar la ayuda de la Sra. Kishimoto.