Como represalia por haber perdido la pelea en la iglesia San Babila, Michaelo fue secuestrado por la Manada de Lobos. Para liberarlo, su líder Giovanni exige a los Hermanos Negros que les entreguen a Alfredo. Alfredo decide presentarse solo, pero Romeo no quiere dejarlo solo y se ofrece a acompañarlo. Una nueva batalla entre las dos bandas se aproxima.