Ryo recibe el encargo de enseñar a disparar a una joven detective privada. Cuando Ryo se presenta ante esta, ella le confunde con un Yakuza y en un despiste, le roba el arma y huye. Cuando Ryo la alcanza, se entera de que la joven necesita un arma para protegerse de unos extraños, que intentan evitar que encuentre la mascota de una niña.