Pasó una semana desde que la reina Otohime decidiera, por su cuenta, viajar a la superficie en compañía del Tenryuubito náufrago cuando el barco en el que zarpó volvió a la isla Gyojin. Otohime consiguió lo que buscaba, un documento firmado por un noble mundial que le prometía que Gyojins y humanos podrían vivir en la superficie en armonía. Tras esto, la recogida de firmas de solicitudes para emigrar a la superficie aumentó y el sueño de Otohime se puso en marcha. La reina pidió a sus hijos, los tres príncipes, que se convirtieran en grandes guerreros para poder proteger a su hermana pequeña, que albergaba un poder latente en su interior. Días más tarde, durante una recogida de firmas, se desata la tragedia.