Filmado en un artístico blanco y negro y con un peculiar estilo narrativo, este episodio aborda el mito de Frankenstein de forma humorística, cuando Mulder y Scully quedan atrapados en un pueblo donde los habitantes viven viendo episodios de Jerry Springer y le temen a un monstruo de dos caras. Sin duda se trata de un peculiar experimento personal de Chris Carter.