A pesar de poner en peligro su vida, Shun enciende su cosmos al máximo para intentar calentar a Hyōga que aún está inconsciente, debido al aire congelado de Camus. Seiya y Shiryū, presienten que Shun se sacrificará por salvar a Hyōga, por lo que deciden volver a la Casa VII de Libra. Sin embargo, en ese momento aparece Milo, Santo de oro de Escorpio y se inicia una nueva batalla. Shiryū ataca, pero su Dragón Ascendente es rechazado. Seiya hace un intento con su Cometa Pegaso, pero solo logra rasguñar la cara de Milo. El Santo de oro decide mostrar la diferencia de niveles y los ataca a la velocidad de la luz, con su Aguja Escarlata. En este momento Hyōga llega a la Casa VIII de Escorpio trayendo en brazos a Shun que ha quedado inconsciente por el esfuerzo realizado.