Sun consigue rescatar a D’Argo y Crichton, pero debe hacer un pacto con Crais para poder ponerlos a salvo en una mina abandonada en un asteroide, donde se esconden de Scorpius mientras éste prosigue la búsqueda por la zona. A cambio, Sun se ve forzada a ayudar a Crais con Talyn, a suavizar al inquieto crío y facilitar el contacto entre él y Crais. Moya se empeña en volver para buscar a su hijo, poniendo en peligro la vida de todos. Crichton y demás aprovechan para volver a bordo, pero cuando Scorpius aparece Talyn exige a Moya un capitán que le dirija: Crais. La única posibilidad para la salvación de todos es permitir que Crais tome el mando de la pequeña nave. Talyn le ofrece un control total, una conexión plena con sus sistemas, y a continuación producen una explosión estelar y huye por un camino distinto al de Moya.