Un buen amigo de Maggie, también paciente de Joel, decide dejarles a ambos sus tierras en herencia, intuyendo que, antes o después, acabarán formando pareja. Sin embargo, quizá su juicio haya sido precipitado… Cuando un millonario indio le hace una oferta a Joel para que le venda sus recién heredadas tierras, éste ve el dinero como la solución a todos sus problemas: podría pagar su deuda con el estado de Alaska y regresar a Nueva York de inmediato. Por supuesto, antes tendrá que convencer a Maggie, cosa que no sólo no será fácil sino que además puede llevarle a recibir una de las broncas más monumentales de su vida.