El equipo de Vance se encarga del asesinato del Coronel Yale Parks, cuyo cuerpo fue encontrado con múltiples heridas de hacha. Todo apunta a que el hijo drogadicto de Parks era el culpable, pero el chico mantiene su inocencia firmemente. Gibbs y su equipo usan múltiples métodos para interrogarlo hasta que finalmente Nick confiesa ser el autor del asesinato. Sin embargo, Gibbs pronto sospecha que quizá el chico no es el asesino.