A sus doce años, Wyatt Bernstein se muere de ganas por tener un hermano con el que divertirse haciendo cosas de chicos y, cuando Crash llega a su vida, eso es justo lo que encuentra. Ahora, Wyatt tiene que enseñarle a su hermano bruto y gritón lo que significa formar parte de una familia, mientras Crash le enseña a él cómo desmelenarse y pasárselo en grande