El 18 de junio de 1972, el vuelo 548 de British European Airways entró en pérdida y se estrelló en un campo cerca de Staines poco después de haber despegado del aeropuerto de Londres-Heathrow, matando a las 118 personas a bordo. La causa del accidente se atribuyó a que el piloto retrajo los droops de la aeronave a una velocidad aérea muy baja y en fallar en reconocer las señales de entrada en pérdida.