Para Vincent van Gogh, la melancolía que le aflugía la mente y el alma era la fuerza incansable de su creatividad. Viajamos a Auvers-sur-Oise y recorremos el mismo camino que hizo el gran pintor holandés antes de morir. Vemos los mismos paisajes, pisamos las mismas calles y nos alojamos en el mismo lugar donde lo hizo el artista. Miremos de entender su profunda tristeza y si es cierto que la melancolía nos hace más creativos. Nuestro camino también nos lleva hasta la melancolía de John Constable, un pintor romántico que, al igual que Vincent van Gogh, también proyectaba su estado de ánimo en el paisaje. Pero la melancolía no tiene por qué ir vinculada a la etapa vital de un artista o a su personalidad. Ha sido un motivo pictórico en sí misma, un tema recurrente en el mundo del arte. Vemos de qué manera lo han representado, entre otros, Georges de La Tour, Domenico Fetti o Albrecht Dürer, Man Ray, Andrea Mantegna o el omnipresente Picasso.