Gäelle recoge a Melissa para ir a la escena del crimen: una mujer ha sido asesinada en el bosque de Reculée. La víctima tiene marcas de arañazos en la espalda que sugieren la existencia de "dorlis", los espíritus del bosque, una leyenda local. Junto al cadáver se encontró su teléfono móvil, así como la llave del bungalow donde vivía, en un centro de vacaciones. Probablemente vivía con tres amigos jubilados. Aunque los dos investigadores no tienen problemas para identificar a la víctima, se preguntan por el motivo del asesinato.