Pasados unos días del accidente, y tras recibir el alta en el hospital, Caronte cuida de Natalia en casa, preocupado por la futura salud del bebé. Mientras tanto, el abogado se ocupa junto con Marta del caso de Adeyemi, un inmigrante subsahariano acusado de haber robado el cáliz de la parroquia del pueblo, algo que él niega con rotundidad.