Una visita de Mary al especialista, desvela su ceguera inminente. A la tragedia se suma la escasez de trabajo, debido al enfrentamiento del Ferrocarril con la Cámara Agrícola. Cuando Mary ya no se vale por sí misma, el Dr. Baker aconseja a Charles y Caroline matricularla en una escuela para invidentes en Iowa. Su padre la lleva hasta allí con el disgusto que les supone separarse de ella.