En un desordenado sótano en las entrañas de Industrias Reynholm habitan Roy y Moss, los componentes del Departamento de informática. Víctimas del desprecio y del escarnio de sus compañeros más guays, su mundo de servidores y cortafuegos se ve interrumpido por la llegada de Jen, su nueva jefa, que sabe tanto de ordenadores como un yak.